Mis Demonios
Ya los noto, son demonios en mi cabeza, gritan con voz estridente, gritan más alto que la música a todo volumen. Se mueven inquietos, sus huesos crujen al desperezarse, sus ojos brillan en la perpetua oscuridad. Soy yo, con otros ojos; soy yo, a través de los ojos de una niña asustada. Se tiran de los pelos y arañan mi cabeza por dentro; los noto clavar sus uñas en mi cerebro, desgarrar mi cordura con sus afiladas y envenenadas garras, dejando surcos en el hueso… Quieren salir, quieren salir. Lo noto y casi no puedo reprimirlos. Lloro de miedo, miedo a mirarme a un espejo y que sean sus ojos lo que me devuelvan la mirada; miedo a no poder soportarlo. Soy un monstruo con un bonito disfraz, que se aja con el pasar del tiempo, con cada arañazo y rabieta. Temo el día que el mundo oiga mi verdadera voz y sienta mis demoníacos ojos, clavarse en sus pupilas como agujas llenas de veneno. Temo el día en el que mi sonrisa se torne inquietante y mis palabras ya no sean mías. Temo el día en el que no controle mi cuerpo y deje de ser humana para convertirme en Ella. Solo espero que ese día alguien me meta una bala en la cabeza.
(Estas palabras fueron escritas en medio de uno de mis ataques, en los que casi pierdo el control de mi cabeza. Las peores pesadillas viven dentro de nosotros.)