Una Buena Ducha
Ayer por la tarde, mientras estaba sola en casa, decidí darme una buena ducha. Me gusta el agua bien caliente y por supuesto el espejo que hay dentro de la bañera se empaña con el vaho. Mientras me lavaba el pelo me pareció ver en el mismo reflejado una sombra generándose en el vapor. Cada vez la veía con más y más claridad, volviéndose densa y oscura. Convencida de que era mi imaginación jugándome una mala pasada, terminé de ducharme sin darle más importancia. Pero cuando me giré para salir de la ducha, me topé con unas manos alargadas y negras dispuestas a agarrarme, que se desvanecieron en el vaho al darse cuenta de que las había visto.
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