No Estás Sola
No quería despertar a su familia encendiendo las luces del pasillo, así que uso la linterna del móvil. Llegó al baño bostezando y apoyó el teléfono en el lavabo. Desde el espejo podía ver la cocina y su propio reflejo. Al principio pasó inadvertido, se sentía cansada, llevaba horas estudiando para el examen de literatura. Se refrescó la cara y entonces estuvo segura de que su mente no la engañaba: allí, en la cocina, había alguien. Una mujer de su estatura, aunque más delgada y algo encorvada. Se movía extraño. La luz blanca del móvil brillaba, dándole un aspecto fantasmagórico. La figura comenzó a caminar hacia ella, lo veía todo desde el reflejo del espejo, el corazón parecía querer salírsele del pecho. Estaba casi detrás de ella. La muchacha no aguantó más y con un grito ahogado se giró para encararse a la pesadilla, pero allí no había nadie. Como una tonta sonrió sin notar como unas manos delgadas, huesudas y largas salían del espejo para atraparla.
Home; Microrelatos